(Con el permiso del autor ©Andrzej Pilat - Responsable del centro Tupimek).
La aplicación de la MIT (terapia de Inducción Miofascial) es recomendada principalmente para los pacientes con disfunciones ortopédicas, neuro-ortopédicas, post-traumáticas y degenerativas relacionadas con el sistema miofascial.
Definición de la Inducción Miofascial (MIT®).
La Inducción Miofascial (MIT®) es un concepto terapéutico, perteneciente a la Terapia Manual, dirigido al restablecimiento funcional del alterado sistema fascial. La MIT® es un proceso de evaluación y tratamiento en el cual el terapeuta, transfiere una ligera fuerza (tracción y/o compresión) al tejido diana, facilitando la recuperación de la calidad del sistema fascial. El término "inducción" está relacionado con la facilitación del movimiento en vez de un estiramiento pasivo del sistema fascial. El resultado es una reacción recíproca del cuerpo que implica la reacción bioquímica y metabólica de la señalización, y finalmente, las respuestas fisiológicas. Este proceso pretende remodelar la calidad de la matriz extracelular del tejido conectivo para facilitar y optimizar la transferencia de información hacia y dentro del sistema fascial (Chiquet, 2003; Wheeler, 2004). Es un proceso concentrado, controlado por el sistema nervioso central, en el cual el terapeuta actúa como facilitador. La acción terapéutica se concentra en la provisión de recursos para el ajuste del equilibrio homeostático óptimo. El objetivo final no es el establecimiento de jerarquías estables sino de facilitación de una adaptación óptima a las demandas del entorno (Pilat, 2014). El resultado (cambio en la imagen corporal, mejoras en las habilidades funcionales) debería ser evaluado y valorado no solo por el terapeuta sino también por el paciente. La Inducción Miofascial aspira ser un tratamiento que se concentra en el paciente (Pilat, 2015).
Definición de la Disfunción Miofascial
La disfunción del sistema miofascial se define como la alteración de la altamente organizada onda de movimientos especializados y la consecuente inadecuada transmisión de la información a través de la matriz extracelular (Pilat, 2003). Los patrones disfuncionales del movimiento podrían facilitar variaciones en la respuesta de mecanotransducción (conversión del impulso mecánico en la respuesta química), con la consecuente iniciación de los mecanismos moleculares desencadenantes de la enfermedad (Ingber, 2003).
PRINCIPALES INDICACIONES:
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disfunciones del sistema nervioso (central y periférico).
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trastornos del suelo pélvico.
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disfunciones de los sistemas circulatorios.
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disfunción de la ATM.
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lesiones deportivas.
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trastornos respiratorios.
Objetivos específicos de la técnica:
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movilizar las restricciones fasciales superficiales.
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cambiar la “actitud estacionaria” de las estructuras colágenas.
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facilitar la recuperación de las propiedades de deslizamiento de la matriz extracelular.
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estimular la orientación fisiológica en la mecánica de fibroblastos.
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evitar la formación de adherencias de tejido.
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adquirir una circulación más eficiente de los anticuerpos en la matriz.
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mejorar el suministro de sangre (liberación de histamina).
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mejorar el suministro de sangre al sistema nervioso.